3 Trucos para echar a un inquilino que no paga

Si eres propietario de una vivienda y la tienes alquilada, es posible que te encuentres con el problema de que tu inquilino no paga el alquiler. Esto puede suponer un grave perjuicio para ti, ya que no solo dejas de percibir una renta, sino que además tienes que seguir pagando los gastos de la vivienda, como el IBI, la comunidad o el seguro. Además, puede ser difícil recuperar la posesión de tu vivienda, ya que el inquilino tiene una serie de derechos y garantías que dificultan su desahucio.

En este artículo te voy a explicar algunos trucos para echar a un inquilino que no paga, sus ventajas y desventajas, y algunos ejemplos prácticos. Pero antes de eso, te recomiendo que intentes llegar a un acuerdo amistoso con tu inquilino o que acudas a un abogado especializado en derecho inmobiliario para asesorarte mejor.

CONTENIDO

Truco 1: Reclamar el pago extrajudicialmente

Uno de los trucos más sencillos para echar a un inquilino que no paga es reclamarle el pago extrajudicialmente, es decir, sin acudir a los tribunales. Esto se puede hacer de varias formas, como:

  • Enviar un burofax o una carta certificada con acuse de recibo al inquilino, exigiéndole el pago de las rentas adeudadas y advirtiéndole de las consecuencias legales de su impago
  • Contactar con el inquilino por teléfono, correo electrónico o mensajería instantánea, recordándole su obligación de pagar y ofreciéndole facilidades o alternativas para hacerlo
  • Acudir personalmente al domicilio del inquilino o enviar a un representante o intermediario, para negociar directamente con él el pago de la deuda o la entrega de las llaves

Ventajas

  • Puede ser rápido y económico
  • Puede evitar un proceso judicial más largo y costoso
  • Puede mantener una buena relación con el inquilino
  • Puede lograr el pago total o parcial de la deuda o la salida voluntaria del inquilino

Desventajas

  • Puede ser ineficaz o infructuoso
  • Puede ser ignorado o rechazado por el inquilino
  • Puede generar un conflicto o una tensión con el inquilino
  • Puede requerir un seguimiento y una insistencia constantes

Ejemplos

  • Pablo envió un burofax a su inquilino, reclamándole el pago de tres meses de alquiler atrasados y dándole un plazo de diez días para hacerlo. El inquilino recibió el burofax y le ingresó la cantidad adeudada en su cuenta bancaria.
  • Ana contactó con su inquilina por WhatsApp, recordándole que le debía dos meses de alquiler y ofreciéndole pagar en dos plazos. La inquilina le respondió que estaba pasando por una situación difícil y le pidió más tiempo. Ana aceptó darle un mes más para pagar.
  • Luis acudió personalmente al piso que tenía alquilado a su inquilino, quien le debía cuatro meses de alquiler. Le propuso que le entregara las llaves y le perdonaba la deuda. El inquilino aceptó y le devolvió las llaves.

Truco 2: Interponer una demanda judicial

Otro truco para echar a un inquilino que no paga es interponer una demanda judicial contra él, solicitando su desahucio por falta de pago y el cobro de las rentas adeudadas. Esto se puede hacer siguiendo estos pasos:

  • Contratar a un abogado y a un procurador para que redacten y presenten la demanda ante el juzgado competente
  • Esperar a que el juez admita la demanda y la notifique al inquilino, dándole un plazo de diez días para pagar, enervar (oponerse) o desistir (abandonar)
  • Si el inquilino no paga ni desiste ni enerva, esperar a que el juez fije una fecha para el lanzamiento (desalojo) del inquilino y para la celebración del juicio (si se solicita)
  • Si el inquilino paga o desiste, recuperar la posesión de la vivienda y renunciar al cobro de la deuda o al desahucio, respectivamente
  • Si el inquilino enerva, esperar a que el juez resuelva sobre la procedencia o no de su oposición y sobre el desahucio y el cobro de la deuda

Ventajas

  • Puede ser efectivo y seguro
  • Puede contar con el respaldo y la garantía de la justicia
  • Puede lograr el desahucio forzoso del inquilino y el cobro de la deuda
  • Puede reclamar los intereses y las costas del proceso

Desventajas

  • Puede ser lento y caro
  • Puede requerir la contratación de profesionales jurídicos
  • Puede encontrarse con obstáculos o dilaciones por parte del inquilino o del juzgado
  • Puede resultar desfavorable si el inquilino tiene razón o si el juez aplica medidas de protección social

Ejemplos

  • Marta interpuso una demanda judicial contra su inquilino, quien le debía cinco meses de alquiler. El juez admitió la demanda y la notificó al inquilino, quien no pagó ni se opuso ni abandonó. El juez fijó una fecha para el lanzamiento y para el juicio. El día del lanzamiento, el inquilino fue desalojado por la fuerza pública y Marta recuperó su vivienda. El día del juicio, el juez condenó al inquilino a pagar la deuda más los intereses y las costas.
  • Jorge interpuso una demanda judicial contra su inquilina, quien le debía seis meses de alquiler. El juez admitió la demanda y la notificó a la inquilina, quien pagó la deuda dentro del plazo. Jorge recuperó su dinero y renunció al desahucio.
  • Sara interpuso una demanda judicial contra su inquilino, quien le debía siete meses de alquiler. El juez admitió la demanda y la notificó al inquilino, quien se opuso alegando que el piso tenía defectos que afectaban a su habitabilidad. El juez suspendió el lanzamiento y señaló una fecha para el juicio. El día del juicio, el juez desestimó la oposición del inquilino y le condenó al desahucio y al pago de la deuda.

Truco 3: Acudir a un mediador o a un arbitro

Un truco más alternativo para echar a un inquilino que no paga es acudir a un mediador o a un arbitro, es decir, a un tercero imparcial que ayude a resolver el conflicto sin necesidad de ir a los tribunales. Esto se puede hacer siguiendo estos pasos:

  • Buscar un mediador o un arbitro profesional, que tenga experiencia y formación en materia de arrendamientos urbanos
  • Firmar un acuerdo de mediación o de arbitraje con el inquilino, comprometiéndose a someterse al proceso y a aceptar su resultado
  • Participar en las sesiones de mediación o en el procedimiento arbitral, exponiendo las pretensiones y las pruebas de cada parte
  • Si se llega a un acuerdo en la mediación o se dicta un laudo en el arbitraje, cumplir con lo pactado o lo establecido
  • Si no se llega a un acuerdo en la mediación o se impugna el laudo en el arbitraje, acudir a la vía judicial

Ventajas

  • Puede ser rápido y económico
  • Puede evitar un proceso judicial más largo y costoso
  • Puede favorecer una solución consensuada y satisfactoria para ambas partes
  • Puede preservar una buena relación con el inquilino

Desventajas

  • Puede ser voluntario y no vinculante
  • Puede requerir la colaboración y el consentimiento del inquilino
  • Puede no lograr un acuerdo o un laudo favorable
  • Puede ser impugnado o incumplido por el inquilino

Ejemplos

  • Eva acudió a un mediador profesional para resolver su conflicto con su inquilino, quien le debía ocho meses de alquiler. El mediador convocó a ambas partes y les ayudó a dialogar y a buscar una solución. Al final, lograron un acuerdo por el que el inquilino se comprometió a pagar la deuda en cuatro plazos y a abandonar la vivienda en dos meses. Eva aceptó el acuerdo y renunció al desahucio.
  • Rubén acudió a un árbitro profesional para resolver su conflicto con su inquilina, quien le debía nueve meses de alquiler. El árbitro inició el procedimiento arbitral y escuchó las alegaciones y las pruebas de cada parte. Al final, dictó un laudo por el que el inquilino debía pagar la deuda más los intereses y abandonar la vivienda en un mes. Rubén quedó satisfecho con el laudo y lo ejecutó.
  • Carla acudió a un mediador profesional para resolver su conflicto con su inquilino, quien le debía diez meses de alquiler. El mediador citó a ambas partes pero el inquilino no se presentó ni contestó a sus llamadas. Carla no pudo iniciar la mediación y tuvo que acudir a la vía judicial.

En conclusión

Como has visto, existen algunos trucos para echar a un inquilino que no paga, pero ninguno de ellos es infalible ni seguro. Además de ser legales y morales, pueden tener consecuencias positivas o negativas para ti y para tu inquilino. Por eso, lo mejor es que actúes con prudencia y responsabilidad, y que busques una solución justa y equitativa con tu inquilino o con un profesional del derecho. Así podrás recuperar tu vivienda y tu dinero sin mayores problemas. Recuerda que el alquiler es un contrato que implica derechos y obligaciones para ambas partes y que merece todo tu respeto y tu cumplimiento.

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